- Artículo publicado en “El Norte de Castilla”
El pasado 31 de julio se publicaba, con la habitual nocturnidad veraniega, el decreto que regula la autorización y funcionamiento de los centros de mayores de nuestra comunidad. El decreto, es un verdadero fiasco en lo que se refiere a las peticiones del congreso de los diputados y de multitud de asociaciones que reclaman unos centros de atención sin sujeciones. El Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad en su comisión de Sanidad del pasado mes de mayo una proposición no de ley elaborada por Ciudadanos que instaba a gobierno y Comunidades Autónomas a caminar hacia un sistema de residencias libres de sujeciones. Esta proposición no de ley venía avalada por la fundación María Wolf, la Confederación española de asociaciones de familiares de Alzheimer (CEAFA) el Centro español de organizaciones de Mayores (CEOMA) y la Organización Medica Colegial. En ella solicitábamos a las administraciones que iniciarán una serie de medidas como son la necesidad de revisar de forma externa las indicaciones de sujeciones, llevar un registro del número de pacientes con sujeciones físicas y químicas, registro de caídas y fracturas, úlceras por presión , incentivar reformas arquitectónicas y de mobiliario que eviten la necesidad de sujeciones y un propósito claro de caminar hacia modelos libres de sujeciones . Estos modelos ya han demostrado su eficacia en nuestro país y cuentan con multitud de residencias acreditadas sin sujeciones. No es una entelequia irrealizable, solo falta voluntad.
Posteriormente, el pasado julio se presentó en la sede de la ONCE la Plataforma nacional sin sujeciones integrada por el CERMI, Dignitaes Vitae, Fundación cuidados dignos, Unión democrática de pensionistas y el consejo general de enfermería. Dicha plataforma solicita, como lo hacía nuestra PNL, la aprobación de una normativa de obligado cumplimiento para eliminar esa odiosa práctica de nuestros centros de mayores. Hay multitud de parlamentos autonómicos que ya han aprobado nuestra iniciativa y nuestro parlamento regional tiene, ya registrada y pendiente de debatir, nuestra iniciativa. Hay todo una marea en nuestro país de gente sensibilizada y concienciada con la necesidad de acabar con estas prácticas .
Pues bien todo esto no ha significado nada para nuestra consejería. En un único párrafo menciona la conveniencia de que haya un plan al respecto de las sujeciones en cada centro, pero sin exigir, ni medir nada. Palabras al viento una vez más. Quizás nuestra consejera todavía no ha entendido que todos llegaremos a esa edad , que muchos acabaremos en alguno de esos centros sujetos a una silla por un cinturón, babeando y dopados por los neurolepticos “por nuestro bien”. Mientras en España hay centros con tasas de sujeciones del 20 o del 40 % en El mundo civilizado hay sitios con tasas del 2% y sitios donde simplemente está prohibido. Las sujeciones , como demuestran numerosos estudios, generan más atrofia, más lesiones más debilidad y sorprendentemente hasta más fracturas. Inhiben al anciano, le limitan física y mentalmente y empeoran su estado físico y cognitivo. Son intolerables las explicaciones como “ nos falta personal”. ¿Es que tener atados a ciudadanos españoles se justifica por falta de personal? ¿A que nivel de deshumanización hemos llegado? Ancianos que mueren ahogados por sujeciones mal puestas, que sufren fracturas y amputaciones e incluso la muerte por barras inadecuadas en las camas, ancianos con alimentación forzada y sujetos para evitar que se arranquen una sonda…Todo un catálogo de horrores que permitimos simplemente porque ya les hemos eliminado del recuento de los vivos, ya no cuentan, no existen. Miento, hay un día cada cuatro años que si nos acordamos de liberarles , de meterles en una furgoneta con un sobre y llevarles al colegio electoral. Podría contarles algún ejemplo…pero esa es otra historia. Los queremos libres señora consejera , y no sólo en elecciones.