Nadie ha contado quien incendió Roma ese 18 de Julio del año 64. La profesión de cronista no estaba muy en boga en aquella época, y, entre los que había, Tácito tenía por entonces 7 años y no se acuerda bien, y Plinio el viejo, estaba a otras cosas. Lo que sí sabemos es lo que pasó después: en los solares que quedaron limpios de polvo y paja, Nerón construyó su Domus Aurea. Aquellos terrenos de viviendas populares pasaron a ubicar uno de los palacios más fastuosos de la antigüedad, de disfrute personal del emperador.
Casi 2.000 años después, en Arroyo de la Encomienda, una multinacional irlandesa, Smurfit Kappa, anunció que tenía un exceso de producción a nivel mundial, y que de las mas de trescientas plantas que tenía en todo el mundo, había decidido cerrar la de Arroyo. Ciento veinte trabajadores arrancaron ese marzo de 2008 la lucha por sus puestos de trabajo. Al poco aparecieron los políticos, que mostraron, como es habitual, un apoyo más o menos impostado acompañado de una retahíla de declaraciones tan grandilocuentes como inútiles. ¿Les suena?
Smurfit cerró en Arroyo. ¿Y que pasó después? Los trabajadores, con la intermediación de la junta, fueron recolocados en su mayoría en otra papelera: San Cayetano, que forma parte de otra historia y que en estos días también cierra.
Smurfit, por su parte, a pesar de que le sobraba producción, inauguró un año después una nueva planta en Burgos, y ha continuado su expansión mundial durante estos años. A primera vista parece que la papelera se ha recuperado bastante bien, ¿Y los terrenos, que diría Nerón? ¿Que ha pasado de esos terrenos?
Los terrenos han sido recalificados, y hoy hay un proyecto urbanístico para construir 600 viviendas en ellos. ¿Que cómo en plena crisis inmobiliaria se han recalificado unos terrenos industriales a residenciales? La respuesta la tienen las dos administraciones que han llevado a cabo la tramitación: Ayuntamiento de Arroyo, recuerden, Méndez, alcalde condenado por prevaricación y cohecho, y Junta de Castilla y León, Tomás Villanueva. Curiosamente los dos políticos que más se significaron en la lucha al lado de los trabajadores. Que no se preocupe nadie, que no va a quedar ahí un erial. Ya se han encargado algunos gestores públicos, velando por el interés general, y va a quedar todo muy bonito. Y sí, aquí también habemus Nerón.
Nos viene ahora Lactalis diciendo que cierra Lauki. Volvemos al mismo escenario de hace unos años en Arroyo. Unos trabajadores desesperados luchando por su puesto de trabajo, unos políticos llenando periódicos y el resto de actores en el mismo papel. Todos sabemos cómo acabarán los terrenos donde hoy se asienta Lauki. Falta encontrar al Nerón de Lauki. ¿Lo habrá?
No lo duden. Siempre hay un Nerón que cuenta con la inocente desmemoria de un Tácito y la distracción de un Viejo Plinio. Los paganos siguen siendo los mismos con el paso de los siglos, la tierra quemada es la misma tierra, y sobre ella, también vuelven a aparecer las Domus Aureas, y quienes en ellas tocan la lira.
Rafael Velasco, Coordinador Provincial de C’s Valladolid