Hasta ahora no había vivido una situación de extraordinaria tozudez política tan de cerca. Si pensaban que con Pedro Sánchez lo habían visto casi todo, se equivocan. Aquí, en Valladolid, muy cerca de sus casas, también hay quien estando en política ha pensado más en su partido o en su persona, que en los ciudadanos. Es algo que me sorprende porque la política debería entenderse, o al menos eso creo yo, como “el arte de servir a los demás”. Sin embargo, esos casos de obcecación son mucho más habituales de lo que imaginamos, por desgracia.
Verán, les estoy hablando del conflicto de los bomberos, sí, ese en el que ayer mismo iban a construir un parque de bomberos en Arroyo y mañana ya no. Todo por los ciudadanos y todo por la provincia, tanto construirlo como que no. ¿Alguno de ustedes lo entiende?
Este tema llevaba debatiéndose a puerta cerrada desde hace más de un año. Fue en concreto este mes de Julio, cuando desde nuestro grupo vimos que el asunto estaba más que estancado, y decidimos dejar de ser observadores, esos meros observadores a lo que sí se limitaron todos los demás partidos políticos con representación en ambas instituciones (digan lo que les digan), para pasar a la acción y tratar de alcanzar una solución beneficiosa para todos los vecinos, tanto los de la capital como los de la provincia.
Así que nos reunimos con el diputado responsable de la materia, Artemio Domínguez y con el concejal de Seguridad, Luís Vélez. Y entendimos que la postura del Ayuntamiento se ajustaba a la realidad, la cifra que planteaba era coherente, y era la Diputación la que no quería dar un paso más, no iba a incrementar los 150.000€ del convenio. Y de un día para otro, para sorpresa de todos, decide que la mejor idea es hacer un parque en Arroyo de la Encomienda, daba igual prácticamente en qué condiciones, o si allí había otras necesidades más urgentes. Arroyo tenía dinero y haría el esfuerzo de construir un parque para prestar el servicio de extinción de incendios en el alfoz o mejor dicho, el Partido Popular haría un “esfuerzo” para prestarse un servicio a sí mismo. Pero suele suceder que cuando te eliges a ti mismo, y no ves más allá, no sueles tomar la decisión correcta, y más en política… Ese parque no era la solución adecuada en el tiempo actual.
En todo este conflicto, desde Ciudadanos llegamos a pedir que existiera una reunión entre los máximos representantes de las dos instituciones que tenemos más cerca, el Presidente de la Diputación de Valladolid y el Alcalde de la capital y que no salieran de la sala de reuniones hasta alcanzar un acuerdo.
Cuando desde Ciudadanos apelamos e instamos al dialogo o al entendimiento, no es baladí. Es porque nosotros sabemos ver dónde los demás, no ven más que tras de sí. Ya sea porque llevan mucho en sus cargos o porque han dejado de palpar las verdaderas necesidades de la calle.
Al final reinó la lógica, por suerte para todos, para los vecinos de Arroyo, para la capital y para la provincia. A mí la solución me devolvió las horas de sueño y tengo conocimiento de que a alguno más también. Del parque de bomberos de Arroyo nunca más sabrán, al menos durante cuatro años más.
En medio de toda esa guerra, a pesar de ser quienes pusimos sensatez y empujamos a la solución, también nos llevamos críticas, una de ellas, que por ser Concejal de Valladolid y Diputada provincial, no era objetiva. Demostramos serlo y demostramos diariamente que, donde aquellos ven una debilidad, existe realmente una fortaleza: la de no dejarse llevar o venderse por las “necesidades” de un sitio en particular, que aunque les sorprenda, es cruelmente común.
Con un poco de suerte y con el trabajo constante, los vecinos de Arroyo, de la capital y de la provincia, se darán cuenta de que la sensatez y la honradez se pinta con colores naranjas.
Les dejo una reflexión, para todos, pero especialmente para quienes estamos en la política y que deberíamos hacernos al levantarnos cada día: ¿A quién eliges? ¿A ti? o ¿A los demás?
Para mí siempre, los demás. Tiene sus consecuencias, no se lo voy a negar, pero merece la pena.