SONY DSC

En el último mes, todos los vallisoletanos hemos sido testigos de la agonía del proyecto que estaba llamado a marcar un antes y un después en nuestra ciudad. Un proyecto que, a pesar de sus grandes defectos, marcaba el rumbo de lo que Valladolid quería llegar a ser en el futuro.

Hoy, Valladolid vuelve al punto de partida.

Hoy, como hace veinte años, volvemos a preguntarnos qué queremos ser de mayores.

Pero con una gran diferencia, hace veinte años todo parecía posible. Hoy, los vallisoletanos tienen la misma sensación de incertidumbre que un estudiante que tras años de estudio y preparación, tras años pensando y soñando sobre qué quería ser de mayor, se enfrenta por primera vez a un mercado laboral que en la mayoría de los casos solo puede ofrecerle trabajo precario o abandonar su ciudad en busca de mejores oportunidades.

Los vallisoletanos han recibido del Ministerio de Fomento, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid, la misma respuesta que reciben esos jóvenes: “búsquense la vida, no tenemos nada mejor para ofrecerles”.

El soterramiento era el proyecto de toda una ciudad, nuestra ciudad. Los vecinos de Valladolid así lo han dejado claro cada vez que se les ha consultado: “Valladolid no puede renunciar al soterramiento”. Los vecinos van a pagar una vez más las consecuencias de la mala gestión y de las decisiones erróneas de sus representantes políticos.

Hace ya catorce años que se creó esta sociedad, y nadie podía pensar entonces que la irresponsabilidad de sus miembros podría hacer descarrilar este proyecto.

Hubo algunas voces que se preguntaron ¿es sensato hacer depender toda esta operación de la futura venta de los terrenos liberados por el soterramiento? ¿Cómo vamos a devolver el dinero del crédito bancario si no logramos poner a la venta estos terrenos? Sin embargo, estas preguntas no pasaron por la cabeza de quienes tenían en sus manos el futuro de la ciudad. Al fin y al cabo, no era su dinero el que estaban gestionando.

Por ese motivo desde el Grupo Municipal Ciudadanos, presentamos una propuesta en el Pleno para que se creara una Comisión de Investigación sobre la gestión del proyecto de soterramiento por parte de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, porque creemos que es necesario depurar responsabilidades políticas por la actitud negligente e irresponsable de las distintas administraciones implicadas y a la vez conocer los errores cometidos, para nunca más volver a cometerlos. Nuestra solicitud, contó con el apoyo de Valladolid Toma la Palabra, Si Se Puede y del PSOE, con el compromiso de crearla una vez se resolviese la situación actual de incertidumbre sobre el futuro del soterramiento.

El Partido Popular, en una estrategia política propia del mismísimo Maquiavelo, presentó solo un día después de nuestra propuesta, una solicitud formal de comisión de investigación en la que exigían la presidencia de la misma para su grupo.

Quienes durante catorce años han gestionado esta sociedad desde la más absoluta opacidad y falta de información, exigen ahora la presidencia de la comisión que debe esclarecer su propia gestión y los motivos del fracaso de toda la operación. Una operación que estaba inicialmente presupuestada en 527 millones de euros, y que, en los últimos cálculos ascendía a 1.038 millones de euros, sin contar los gastos financieros que superan ya los 100 millones.

El Partido Popular tuvo la oportunidad de buscar el consenso y demostrar que sus verdaderas intenciones no eran las de bloquear y entorpecer la investigación, como sucede en el resto de España.

Pero, una vez más, prefirió la confrontación.

 

En Ciudadanos, no renunciamos a realizar una oposición leal y útil a los ciudadanos, y desde la comisión de investigación trabajaremos para depurar responsabilidades por el despilfarro y sobrecostes causantes del fracaso de este proyecto. Descubriremos quiénes pensaron más en su interés particular, que en el de los vecinos que les votaron para que les representaran.

Pero también les digo, la actitud derrotista e irresponsable de unos pocos no puede hacernos renunciar a la ciudad que queremos dejar a las próximas generaciones, a la ciudad que un día quisimos de mayores, pero las grandes decisiones de ciudad no deben tomarse con prisas, como dice el dicho, “Roma no se construyó en un día”.

Deben resolverse los problemas actuales provocados por la pésima gestión del Partido Popular y el Partido Socialista al frente de la sociedad, y sentar las bases de un nuevo planteamiento que permita a las próximas generaciones disfrutar de una ciudad moderna y sostenible, sin parches y sin divisiones. Pero nada de esto ocurrirá si quienes toman las decisiones en nuestra ciudad, son los mismos que nos han traído hasta la situación actual.

Después de 20 años de promesas huecas, estoy convencida de que los ciudadanos sabrán diferenciar entre aquellos que buscan su propio beneficio, y quienes con esfuerzo y trabajo luchan por mejorar la vida de los ciudadanos.

Artículo de opinión Soterramiento Pilar el norte martes 14