Esta semana he recibido el encargo de la ejecutiva nacional de mi partido de ser el responsable de programas y política sectorial para Castilla y León. Un encargo para trabajar colectivamente desde el comité territorial con el objetivo de llegar a la convocatoria de 2019 en condiciones de ofrecer a los ciudadanos de esta comunidad un programa ganador. Un programa que sea un contrato creíble con los ciudadanos. Un programa que adapte las grandes apuestas de nuestro partido a las características de Castilla y León.

Es una enorme tarea que necesitará el apoyo de de todos, no sólo de militantes y simpatizantes.

Necesitará el apoyo de todos los sectores de esta tierra que no quieran resignarse a vivir en una autonomía cada día más gris, cada día más clientelar y sumisa, cada día más desesperanzada.

Necesitaremos de todos aquellos que crean que es posible una universidad abierta al mundo, una universidad que atraiga el mejor talento, exigente consigo misma, sin miedo a salir al exterior. Una universidad que apueste, en resumen, por ser el verdadero motor de futuro de esta región.

Necesitaremos a quienes creen que el futuro del campo en nuestra región no es ser el granero de España, ni esperar cada año la ayuda de la PAC, sino ser la cabeza de la industria agroalimentaria europea.

Nos será imprescindible contar con todos los que creen que la sanidad puede salir de esta costumbre de arbitrariedad y maltrato en la que se ha instalado hace años. Necesitaremos de aquellos que crean que nuestro objetivo no es solo proporcionar la más moderna, transparente y eficiente sanidad a nuestros ciudadanos, sino que es posible utilizarla también motor de crecimiento de nuestra comunidad. Llamaremos a quienes quieran invertir, esfuerzos y tiempo, para revertir el flujo y dejar de exportar talento sanitario y pasar a ofrecer nuestros servicios sanitarios al mundo siguiendo los mejores modelos de éxito internacional.

También nos gustaría contar con quienes crean que esta comunidad tiene un motor en su historia y en su cultura. Un motor que debería hacer de ella el hogar natural de hispanistas e historiadores de todo el mundo, el sitio ideal para los que quieran comprender que el pasado del mundo tuvo un día su epicentro en nuestras tierras. Una historia, una naturaleza y unos niveles de seguridad que deberían de conseguir hacer de nosotros el destino soñado de quienes buscan un paraíso para descansar rodeados de belleza, lejos de playas, cremas, chiruinguitos y botellones.

Un programa que necesitará de quienes han conseguido exportar inteligencia, industria y conocimiento por todo el mundo para transmitir sus experiencias a quienes comienzan la pelea.

Para alcanzar todo eso necesitaremos un ingrediente indispensable: la libertad.

La libertad, que es asegurar a nuestros investigadores que no miraremos sus apellidos ni su filiación política. Que solo miraremos su currículum. La libertad, que es decir a nuestros funcionarios que su carrera dependerá de sus resultados y de su esfuerzo. No habrá libre designación por debajo de director general, nadie habrá de temer por levantar su voz, al contrario sabrán que su voz será escuchada.

No venimos a ocupar la administración, venimos a liberar a nuestros funcionarios de la obediencia política y a comprometerlos con la exigencia del servicio público. Una libertad que supone asegurar a nuestros empresarios que nadie tendrá que pagar peaje por contratar en esta región.

Decirles que la dificultad será que este será un territorio abierto, pero que confiamos en su talento y su capacidad. La libertad será decir a nuestros profesionales sanitarios que se acabo la indiferencia, que se acabo la inestabilidad, que se acabo la arbitrariedad . La libertad será decir a nuestros medios de comunicación que se acabo el reparto de publicidad institucional y de ayudas según la afinidad. Que queremos unos medios libres de verdad, que aseguren que en esta tierra se acabo la ocultación. La libertad de decir a todos nuestros ciudadanos que pueden amar, cantar, escribir y soñar como quieran.

Un viento nuevo puede barrer nuestra comunidad en 2019, pero solo soplara si quienes creemos en la libertad nos ponemos a trabajar sin esperar nada a cambio. No les llamamos a ponerse en la lista de la nueva administración, no les estamos invitando a ocupar los puestos que dejen otros.

Les invitamos a poner su tiempo y su esfuerzo, no al servicio propio, sino al servicio de una comunidad nueva. Una comunidad donde su futuro y su prosperidad dependan solo de su capacidad. A lo largo de los próximos meses puede que nos dirijamos a muchos de ustedes, no contesten si lo que esperan es un cargo. Pero si sueñan con una tierra distinta, una tierra de libertad, cojan el teléfono y prepárense para jornadas de esfuerzo sin más recompensa que participar de un sueño colectivo.