En el Pleno del Ayuntamiento del pasado 5 de junio, desde Ciudadanos defendimos una propuesta para mejorar y fomentar el servicio municipal de Bicicletas, conocido como Vallabici. Precisamente en el mes de mayo, se cumplían cinco años de su puesta en marcha en nuestra ciudad.

Desde entonces, mayo de 2013, hasta mayo de este año 2018, el número de usuarios que han utilizado este servicio no ha crecido como debería, y su nivel de utilización se ha estancado. Existen ahora unos 2.300 usuarios, cifra similar a la alcanzada en el año en que se inauguró, pues entonces ya se hablaba de aproximadamente 2.000 usuarios.

Si todo hubiera ido como debiera, esa cifra de usuarios no habría dejado de aumentar; por lo que las cosas, desde el Equipo de Gobierno, el anterior y el actual, no se han hecho bien. La falta de coordinación en las decisiones y la falta de liderazgo y contundencia en las medidas que se toman desde el Área de Movilidad, lejos de conciliar y compaginar el uso de diversos sistemas de transporte en Valladolid, está generando incoherencias que perjudican, y obstáculos que ralentizan, el uso de la bicicleta.

Además, en nuestra propuesta, también criticábamos el hecho de que las tarifas del servicio de bicicletas públicas no son especialmente económicas, si lo comparamos con otras ciudades de nuestro entorno. Por ejemplo, el abono anual es de 25€, cuando en otras ciudades como Salamanca o Burgos, cuesta 13€ y 15€ respectivamente; también en Valladolid existe la modalidad de abono de “Usuario Puntual”, que tiene una vigencia máxima de 7 días y que ya cuesta de inicio 5 euros.

¿No sería más lógico que para estos casos en los se utilice Vallabici de manera puntual, se implante un sistema de pago que permita al usuario pagar por cada uso, sin que se vea obligado a gastarse 5 euros desde el primer momento? Una manera razonable de conseguir fomentar el uso de la bicicleta al que tanto apela este equipo de Gobierno, o al menos, una forma de buscar que los vecinos de Valladolid prueben el servicio.

Con el mismo fin, desde Ciudadanos también propusimos que se implantaran tarifas especiales para los jóvenes, por ser el colectivo que hace un menor uso de este servicio municipal, según determinan las estadísticas, y tarifas especiales para los mayores de 65 años. ¿Qué mejor que fomentar también el deporte y el envejecimiento activo entre nuestros mayores, en beneficio de su salud?

¿Saben cómo terminó nuestra propuesta? Han acertado. ¿No era difícil adivinarlo, verdad? El tripartito municipal, PSOE, IU y Podemos, o lo que es lo mismo, el Gobierno de Puente y sus socios, volvieron a pasar como un rodillo por encima de nuestra propuesta. Una vez más. A pesar de que representantes de IU y del PSOE cuando eran oposición, también criticaron y calificaron de abusivas las tarifas del servicio de bicicletas. ¿Dónde han quedado sus promesas? ¿Antes las tarifas eran excesivas para el bolsillo de los ciudadanos y ahora que son Gobierno no?, les pregunté en el Pleno. Y es que aunque la iniciativa sea buena y positiva para la ciudad y los vallisoletanos, si no lo plantean ellos, siempre lo rechazan. ¡Olé por el consenso y la democracia! Nótese la ironía. Y así estamos en el Ayuntamiento de Valladolid. Esta es la tónica dominante cada día, del Sr. Puente y el Sr. Saravia.

Una tónica que el equipo de Gobierno lleva imponiendo desde que entró a gestionar este Ayuntamiento y esta ciudad. Nuestra ciudad. Una ciudad que es de todos, y no solo de Puente y sus socios.

Desde Ciudadanos siempre hemos trabajado para promover medios de transporte sostenible, que no contaminen, y en general el transporte público. Pero fomentar el transporte público, no implica coartar, prohibir y obstaculizar al vecino que necesita o quiere usar su vehículo privado. Y tampoco implica hacer chapuzas, poniendo ciclocarriles que limitan la velocidad a 30km/h, en calles que ¡incluso! ya contaban con carril bici. Por no hablar de la obra del Puente de Poniente…

No juguemos con la convivencia entre vecinos. Facilitemos la coexistencia de peatones, ciclistas y conductores. Una coexistencia y convivencia que no se consigue mediante la prohibición, que es el único lenguaje que este equipo de Gobierno entiende. La ciudad es de todos y para todos. Aunque tumben cada una de nuestras propuestas, no nos callarán. Un abrazo.